Así es… por los últimos seis años mi cuerpo se ha ido transformando en el personaje estereotipado conocido como “Dad Bod” o el “cuerpo de papá”, casado, con hijos y panza incluída. Ese personaje del que todos bromeamos. Es muy fácil conseguirlo: un cuerpo flojo y redondito por todos lados. Pero ¡se sentía terrible! Decidí entonces que era hora de hacer un cambio. Y hoy me siento mucho más feliz con mi versión actualizada y más deportiva.
Es chistoso hacer bromas sobre el “Dad Bod”, pero la verdad es que lo hacemos sin ganas de ofender y con toda honestidad. Por lo menos ese es mi caso. El “Dad Bod” ocurre cuando estamos inmersos en una zona de comodidad y seguridad sin impulsarnos empujarnos a nosotros mismos a dedicar tiempo a mejorar nuestra salud y llevar un estilo de vida activo. Hacer ejercicio regularmente toma tiempo cada día, ese tiempo que es tan fácil llenarlo con las ¡ocupaciones de la vida!
No significa que la versión 1 de “Dad Bod” no haya tenido momentos felices. Al contrario, tengo una hermosa familia y siempre he disfrutado de la vida. Sin embargo, la diferencia en movilidad, imagen personal y nivel de energía en general que siento y disfruto ahora, es simplemente maravillosa.
Cuando estaba buscando fotos mías del pasado, a medida que mi cuerpo poco a poco iba perdiendo forma, me di cuenta de que siempre terminaba haciendo lo mismo. Normalmente me situaba detrás de las personas, metiendo la panza, vistiendo ropa más floja para esconder esos rollitos y todas esas otras cosas que hacemos cuando queremos maquillar aquello de lo que nos sentimos avergonzados y cohibidos. Debido a que soy yo quien toma las fotos, era usual para mí esconderme detrás de la cámara. Algunas veces otros capturaban mi silueta de forma casual, sin posturas, sin máscaras… ¡Eso sí que me movió el piso!
Cuando íbamos a la playa con la familia, me empecé a sentir más y más avergonzado acerca de mi cuerpo y de mi panza y me preocupaba por cubrirla a toda costa cuando me era posible. Me encanta jugar con los niños en el mar cuando estamos de vacaciones, y a pesar de mi cuerpo de “Dad Bod”, igual disfrutamos nuestros momentos juntos. De todas formas y cada vez más y más, yo me cuestionaba cómo me veía físicamente.
El momento decisivo para mí fue durante un viaje de negocios. Sabía que quería seriamente mejorar mi salud, pero el momento crucial fue cuando me tomaron una foto para hacer una prueba de iluminación en el evento donde estaba trabajando. No fue mayor cosa y la estábamos pasando muy bien, pero cuando vi la foto después, no podía creer ¡lo gordita que se veía mi cara! Además me puse a reflexionar acerca de todas las píldoras que estaba tomando regularmente para el dolor de mis rodillas. Entonces fue cuando decidí que eso debía cambiar. Y ¡así fue!
Me siento muy contento de poder decir que luego de algunos meses, la transformación está yendo por muy buen camino. La versión mejorada del “cuerpo de papá” o “Dad Bod 2.0” ¡ya está en efecto! Hay muchos otros objetivos que tengo en mente para seguir mejorando, pero puedo decir con total convicción que este nuevo modelo ¡se siente genial!