Finales de enero y principios de febrero es conocido por ser una época temida por muchos estadounidenses: ¡muchos de ellos abandonan sus propósitos de año nuevo! Sí, incluso con 11 meses por delante, muchas personas dejan de lado la idea de conseguir algo. Las razones son variadas: desde la falta de motivación, las complicaciones para dedicar tiempo a objetivos ambiciosos o el hecho de que no ven que los resultados se manifiesten con la suficiente rapidez.

 

Pero eso no significa que tus propósitos y objetivos no sean alcanzables o reales. Hoy exploraremos algunas técnicas para que se cumplan y crearemos un sistema para hacerlos realidad. 

Limita tus propósitos

Una de las razones por la que muchas personas abandonan sus objetivos en el primer mes del año es porque hacen esa lista descabellada de mil cosas. La vida puede resultar abrumadora con una lista tan larga de cosas por hacer, por eso es más inteligente limitar tus propósitos a uno o dos grandes. 

 

Centrarte en un objetivo a la vez permitirá a tu mente vagar y ampliar las muchas oportunidades y herramientas que tienes a tu alcance. Será sólo UNA cosa en la que tengas que preocuparte y pensar cada día. Se ha demostrado que la asignación de una sola tarea mejora tu productividad y te hace más responsable. 

Incorpora tu objetivo a tu día a día

¡Y hazlo despacio! El año nuevo a veces nos hace sentir ansiosos por ponernos a trabajar y alcanzar la perfección desde el primer día, cuando en realidad, el secreto es empezar poco a poco e ir creciendo a lo largo del camino. 

 

Por ejemplo, en lugar de reducir todos los carbohidratos de una vez en tu objetivo de pérdida de peso, puedes empezar reduciendo la cantidad de UNO de esos carbohidratos en la primera semana, luego hazlo en dos la siguiente y así sucesivamente. Ajustar tu vida e incrementar el tiempo que dedicas a tu objetivo de 5 minutos a 1 hora en cuestión de semanas te resultará más fácil que dedicar una hora completa a una actividad que nunca habías realizado. 

 

Sé amable y atento

No somos los mismos todos los días: no tenemos los mismos niveles de concentración, energía o disposición a diario, pero eso no significa que no podamos ser responsables de nuestro propio éxito. Sé paciente contigo mismo y recuerda por qué no quieres hacer esa actividad relacionada con tu propósito. 

 

Aunque falles algunos días, no abandones tu objetivo al primer contratiempo u obstáculo, sino: corrige y sigue trabajando. Llevar un diario de objetivos puede ayudarte a ver estos ciclos en tu vida, pero también a reflexionar sobre las cosas que afectan a lograr o no tu objetivo. 

 

Estamos seguros de que tener en cuenta estos tres elementos y ponerlos en práctica te ayudará a mantener esos propósitos hasta final de año. No tengas miedo de compartir tus progresos, contratiempos y retos, es parte del proceso. 

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