Los atletas olímpicos pueden perder hasta un 25% de su rendimiento en tan solo dos semanas de inactividad. ¿Y tu cerebro? Sigue reglas sorprendentemente similares. Las investigaciones demuestran que el entrenamiento cognitivo puede mejorar y mantener la función cerebral, pero a diferencia de la aptitud física, la aptitud cognitiva se puede reconstruir en minutos, no en meses.

 

Ya seas un estudiante que regresa a la escuela, un profesional que emprende nuevos proyectos o alguien que ha decidido que finalmente es hora de dominar esa habilidad que has estado posponiendo, tu cerebro necesita una preparación intencional para rendir al máximo.

 

Esto es lo que realmente ocurre en tu cabeza durante esos tranquilos días de verano o las vacaciones prolongadas. Tu cerebro no está siendo perezoso: está siendo eficiente. Cuando no estás ejercitando regularmente tus funciones cognitivas como la memoria de trabajo, la atención y la velocidad de procesamiento, tus redes neuronales comienzan a oxidarse un poco. Las vías neuronales responsables del enfoque, la toma de decisiones rápida y el procesamiento de la información necesitan ejercicio regular para mantenerse ágiles

 

Una investigación publicada en estudios de rendimiento de atletas de élite revela algo fascinante: tras ocho semanas de inactividad total, incluso remeros olímpicos mostraron descensos significativos. Pero estos mismos estudios también demostraron que nuestro cerebro puede medir la diferencia entre la “atención relajada” y la “atención de rendimiento”. Las redes neuronales se activan de forma distinta, procesan la información a distintas velocidades e incluso priorizan distintos tipos de información. No es de extrañar que el primer día de vuelta se sienta tan duro.

El problema de “simplemente volver a la actividad”

La mayoría de las personas intentan reiniciar su mente de la manera más difícil. Creen que pueden volver al modo de alto rendimiento simplemente con determinación. Quizás hayas intentado sentarte con una pila de libros, intentando atiborrarte de información para recuperar el tiempo perdido.

 

Pero tu cerebro no responde bien a la terapia de choque cognitivo. Cuando de repente exiges el máximo rendimiento a redes neuronales que han estado en modo crucero, a menudo terminas más frustrado que concentrado. Puede que aguantes unos días, pero luego la motivación disminuye, la concentración flaquea y vuelves al punto de partida. 

 

Las técnicas de estudio tradicionales, como releer apuntes, subrayar libros de texto y crear tarjetas de estudio, funcionan bien una vez que el cerebro ya está en modo de rendimiento. Pero son terribles a la hora de crear ese cambio de modo.

CTS90: La revolución cerebral de 6 minutos

Aquí es donde el entrenamiento cognitivo puede convertirse en tu mejor herramienta de entrenamiento. CTS90, con tecnología NeuroTracker, funciona con un principio completamente diferente al de los métodos de estudio tradicionales.

 

Así funciona: durante solo seis minutos al día, realizas un ejercicio diseñado científicamente que desafía las funciones básicas del cerebro. Se te pide que sigas varios objetos en movimiento en un espacio tridimensional, ignorando las distracciones. Parece simple, pero este tipo de entrenamiento es una de las formas más efectivas de fortalecer lo que los científicos llaman “función ejecutiva”.

 

La magia ocurre en esos tres pasos clave: enfocar, rastrear e identificar. Al enfocar objetos específicos, entrenas tu atención selectiva, es decir, la capacidad del cerebro para concentrarse en lo que importa e ignorar lo que no. Al rastrear esos objetos por el espacio, fortaleces tu memoria de trabajo y tu procesamiento espacial. Y al identificar tus objetivos al final, refuerzas la toma de decisiones bajo presión.

Lo que hace que esto sea tan efectivo para cambiar de modo es que no se trata solo de habilidades académicas. Los estudios demuestran que las mejoras en la memoria de trabajo y la atención no solo te hacen mejor en tareas cognitivas, sino que también te hacen más resiliente al estrés y mejor en la regulación emocional.

 

Crea tu rutina diaria de reinicio cerebral

La belleza de CTS90 reside en su simplicidad, pero la verdadera magia surge cuando lo conviertes en una rutina constante. Aquí te explicamos cómo crear una práctica diaria que realmente perdure:

 

Activación cerebral matutina: Comienza el día con tu sesión de CTS90 de seis minutos antes del café, antes de revisar el correo electrónico y antes de cualquier otra cosa. Piensa en ello como un calentamiento de tu motor cognitivo. Tu cerebro es naturalmente más flexible por la mañana, lo que significa que los efectos del entrenamiento son más fuertes.

 

Crea señales ambientales consistentes: Usa el mismo espacio, el mismo tiempo e idealmente el mismo ritual previo a la sesión. Quizás sean tres respiraciones profundas, quizás poner tu teléfono en modo avión. Estas señales ambientales ayudan a tu cerebro a entender que es hora de entrar en modo entrenamiento.

 

Monitorea tu progreso: Sí, CTS90 monitorea tu rendimiento automáticamente, pero también presta atención a cómo te sientes. ¿Estás más concentrado durante las reuniones? ¿Recuerdas mejor las conversaciones? ¿Puedes cambiar de tarea con mayor facilidad? Estas pequeñas pero importantes mejoras suelen aparecer antes que los datos.

 

Vincúlalo con tus hábitos: Vincula tu sesión de CTS90 con algo que ya hagas con regularidad. Justo después de cepillarte los dientes, justo antes de empezar a trabajar o justo después de tu entrenamiento matutino. Acumular hábitos hace que las nuevas rutinas se sientan naturales más rápido.

 

La clave está en la constancia, no en la intensidad. Seis minutos al día superan a una hora una vez a la semana, siempre. Los beneficios se acumulan con el tiempo de maneras inesperadas y, tras unas semanas de práctica constante de CTS90, probablemente notarás una mayor concentración durante las sesiones. Quizás recuerdes dónde pusiste las llaves con más frecuencia. Podrías notar que te distraes menos durante las conversaciones. Quizás te des cuenta de que puedes alternar entre tareas laborales sin esa confusión mental que solías experimentar.

 

Las personas más exitosas no son necesariamente las más inteligentes; son las que pueden acceder constantemente a sus recursos mentales cuando más los necesitan. Tu cerebro es capaz de adaptarse y crecer notablemente a lo largo de toda la vida, y la clave está en darle el tipo de desafío adecuado en la dosis adecuada. Seis minutos al día pueden parecer demasiado simples, pero a veces las herramientas más poderosas son las que se usan sin esfuerzo.

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