Con las castañas asándose al fuego y el frio que te pone roja la nariz, la temporada de Navidad ¡ya está oficialmente entre nosotros! Esta época del año se destaca por la alegría y el júbilo, la familia y los amigos, además de aquello que nos une a todos: ¡la comida! Y luego de semanas de celebrar las fiestas y la abundancia de restos de comida durante la temporada navideña, la mayoría de nosotros termina repleto y con las resoluciones de Año Nuevo a flor de piel para mejorar nuestro bienestar físico, perder peso, ejercitarnos más y deshacernos de una variedad de malos hábitos.
Empezamos con fortaleza y las mejores intenciones, decididos a hacer cualquier cosa para alcanzar el objetivo que nos hemos propuesto, sin importar si es demasiado ambicioso o no. Entonces, luego de algunas cortas semanas, la motivación empieza a disiparse y al poco tiempo estamos volviendo a nuestros mismos hábitos de siempre. Y ojo que normalmente la gente no desarrolla comportamientos autodestructivos porque es débil, sino más bien porque estos rituales no deseables se apoderan de nosotros y se vuelven habituales con el tiempo.
La única manera de hacer cambios verdaderos que alteren positivamente la vida para siempre es modificando el comportamiento autodestructivo de raíz. Entonces, ¿por qué la mayoría de resoluciones de año nuevo fracasan?
*La Postergación es la Clave del Fracaso: La razón principal por la cual la mayoría de resoluciones fracasa es porque no se empiezan enseguida o simplemente no somos capaces de sobrellevar esas urgencias que sentimos por divertirnos y relajarnos en vez de trabajar arduamente. Cuando no te propones una meta inmediatamente, lo más probable es que nunca te animes a iniciarla. Sin mencionar que el hábito de postergar las cosas para después es muy difícil de romper, así que éste -sin duda- será el primer obstáculo que enfrentar al querer hacer cambios significativos. Es muy simple, el momento no es Hoy, sino Ahora, para empezar cualquier tipo de resolución, sin importar en qué época del año te encuentres.
*Demasiado. Demasiado Pronto. Demasiado Tarde: Con la emoción del nuevo año que se aproxima combinada con un deseo ardiente de convertirte en la mejor versión posible de ti mismo, es muy fácil retrasar la flamante lista de cosas por hacer patrocinada por la nueva versión de ti mismo. El problema es que hay un tiempo y energía limitados en cuanto a lograr objetivos personales se refiere. Si intentas conseguir demasiado y conseguirlo muy pronto, no podrás prestar la atención que se merecen tus objetivos individuales. Más bien usa la regla “calidad, no cantidad” cuando te propongas una meta. Si limitas el número de metas en las que trabajar, tendrás el tiempo y la energía suficientes para ¡hacer las cosas bien!
*Poca Disposición a Cumplir con el Trabajo Requerido: Si eres miembro de la Familia Global ORGANO™, sabes que los objetivos no se cumplen simplemente deseando y teniendo la esperanza de que se hagan realidad. Para lograr el éxito verdadero, a nivel personal o profesional, necesitas la fortaleza de la mente y del cuerpo para luchar y trabajar arduamente con el fin de alcanzar tu potencial completo. Necesitas una actitud positiva, autodisciplina y la habilidad de poner tus objetivos primero, si verdaderamente estás dispuesto a lograrlos. El trabajo arduo y constante no se reemplaza con nada y como el mismo Henry Ford lo dijo en su momento: “Mientras más duro trabajes, más suerte tendrás y ¡más exitoso serás!”.
*Incapaz de Aceptar y Abordar el Fracaso: No importa que tan duro trabajes, de vez en cuando no lograrás alcanzar tus metas. Todos hemos pasado por eso y ¡no es nada agradable! Sin embargo, tus fracasos son los que determinan tu naturaleza, en última instancia. También contienen lecciones que pueden cambiar tu vida positivamente si tienes el coraje de aprender de ellos. Así que no te sientas mal si has fracasado al intentar conseguir tus objetivos, asegúrate de tomar nota de las cosas que no funcionaron y usa ese conocimiento para alcanzar tus metas la próxima vez.
*Darse por Vencido antes de llegar a la Meta: Como dice la expresión clásica, ‘lento pero seguro…’ Pero si no le pones una fecha límite a tus metas, tu motivación se reduce, puedes perder el horizonte y la dirección, y darte por vencido sin haber logrado lo que te habías propuesto. Al proponerte metas pequeñas y repetitivas con un tiempo específico de duración para lograrlas, tendrás más oportunidades de cumplir con esos pequeños objetivos que te llevarán a tu meta principal. Así que ponle tiempo límite a tus objetivos y ¡hazlos alcanzables!
Cuando pienses en las resoluciones de Año Nuevo o en tus metas para lograr mejor salud y bienestar, piensa inteligentemente. Al proponerte metas específicas con resultados reales, alcanzables y medibles, te encontrarás en una mejor posición para lograrlas. En vez de tener en mente metas que son muy difíciles de conseguir, sé más bien realista en cuanto a determinar qué es posible realizar para lograr el éxito, no el fracaso. En definitiva, no existe camino fácil cuando se trata de mejorar hábitos a largo plazo, esto requiere de modificaciones de comportamiento y un cambio consciente de malos hábitos, ya sean grandes o pequeños. Así que deja a un lado la idea de una pequeña y fácil resolución de Año Nuevo y empieza a pensar en transformar tu vida – para el resto de tu vida. #X4life